La belleza de esta región del norte de Irán y la creencia de que estas aguas saladas tenían poderes medicinales llevaban a muchos iraníes a organizar sus vacaciones en las cercanías de este lago salado de 5.200 kilómetros cuadrados, el más grande de este tipo en Oriente Próximo y sexto del mundo.
Este escenario tenebroso, en el que miles de kilómetros han quedado sin agua, es relativamente nuevo. Hace solo 18 años los habitantes habían empezado a construir paredes en algunos sectores para detener el avance del lago, que no dejaba de expandirse. Sin embargo, de repente, la dinámica empezó a cambiar y las aguas comenzaron a retroceder gradualmente hasta que hace cinco años quedó prácticamente secó.
Actualmente sólo alberga el cinco por ciento de su capacidad y, según la Unesco, podría llegar a desaparecer con consecuencias aún más catastróficas que las actuales.
Toda esta zona del país podría convertirse en un desierto salado que provocaría el desplazamiento de millones de personas que se quedarían sin tierras para cultivar y que no tendrían otra opción que refugiarse en las grandes urbes.
Atrás quedaron los tiempos en que los iraníes destacaban la belleza natural de este lugar, totalmente opuesto a las regiones desérticas del interior del país.
“Ahora estamos en una estrategia de choque. Tratando de que llegue agua suficiente para que las aguas subterráneas no se sequen. Así tendremos un equilibrio entre el agua que llega y la evaporación”, asegura Omid Bonabi, experto de la Organización de Protección ambiental –encargado de los proyectos de recuperación del lago–, quien agrega que el Gobierno está poniendo en marcha diferentes alternativas para salvarlo.
Pero no es una tarea fácil. Aunque es el más notorio, Orumie no es el único lago ni río que se ha secado en el país. Tanto que los expertos temen que Teherán, la capital, y otras grandes ciudades, podrían sufrir cortes de aguas en un futuro si no se encuentra una solución a este problema.
La situación es tan crítica que el presidente Hassan Rohani ha dicho que el problema del agua es un asunto de seguridad nacional. Pero al mismo tiempo, desde algunos sectores del Gobierno se reconoce que la capacidad para resolver estos problemas es bastante limitada, como consecuencia de las sanciones económicas que pesan sobre el país debido al programa nuclear que, según Irán argumenta, tiene fines pacíficos.
Lo paradójico es que esta crisis se da en un país que se vanagloriaba de tener una de las reservas hidráulicas más grandes de la zona, hasta el punto de que la población utilizaba este recurso sin ningún reparo y para casi todo.
Y aunque en la actualidad llevan a cabo campañas para concientizar a la población sobre el consumo, falta todavía mucho por hacer. En especial en esta región del norte de Irán, donde la agricultura se ha triplicado en los últimos años a pesar de las dificultades ambientales.
“Ya ni siquiera podemos usar el agua subterránea del lago. Está llena de minerales”, dice Aziz, que tiene una plantación de uvas en la cercanía del lago. Este hombre cuenta que por años explotaron el agua subterránea y el agua de los ríos para sus necesidades agrícolas. Más tarde, el Gobierno decidió construir una serie de embalses, que es donde actualmente se provee agua a estos campesinos. Pero ellos se quejan de que solo abren los canales tres veces a la semana.
Voces críticas señalan que estos embalses, construidos en su mayor parte por el poderoso sector militar del régimen conocido como Guardias Revolucionarios, son uno de los grandes responsables de la sequía.
Según los estudios, se necesitan 3,1 billones de metros cúbicos para que el lago recupere su normalidad. Pero los expertos aseguran que será una misión imposible mientras continúe el desbalance entre el consumo económico y humano, y el agua que se necesita para restaurarlo.
“Se han dado muchos factores para llegar a esta situación. Uno de ellos es el cambio climático. Ahora cae menos nieve, llueve menos que antes y hace más calor, lo que causa una mayor evaporación. Pero también hay que tener en cuenta el mal manejo de los recursos”, explica Bonabi, mientras camina por un gran muelle de madera que no hace mucho servía para parquear los grandes botes y que hoy parece el esqueleto de un gran dinosaurio que se levanta sobre tierras manchadas por la sal.
Hoy, estas islas están incomunicadas, los flamencos se han ido y los venados reciben agua gracias a una compleja red de tuberías y a un grupo de ingenieros forestales que les hacen seguimiento cada cierto tiempo.
FUENTE DE INFORMACIÓN: http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/ciencia/se-esta-secando-el-lago-orumie-de-oriente-proximo-/15109100
FECHA DE LA NOTICIA: 18/02/2015
OPINIÓN PERSONAL: Nos ha parecido una noticia muy interesante ya que como podemos observar el calentamiento de la Tierra se produce cada vez más ligero debido a sus altas temperaturas y provoca una mala secuencia para el medio ambiente, por ejemplo en este lago de Oriente Próximo, el lago Orumie, que como podemos observar por el clima terrestre ya no queda casi nada de él, tan solo un 5% de su capacidad y nos gustaría que estuviera en muchas mejores condiciones.
PUBLICADO POR: Alejandro Talavera Peñalver, Juan Antonio Torres López y Juan José Balsalobre Mata.
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